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La parábola del herrero de espadas,¡hazlo solo si quieres ser bueno!
Hace mucho, mucho tiempo, en una tierra lejana, vivía un herrero de espadas, conocido en todo el mundo por su sublime capacidad para forjar hierro y convertirlo en espadas elegantes y letales.
Un día, la historia de la increíble habilidad del herrero llegó a la corte, y el Rey, fascinado por esta historia, quiso conocer lo antes posible a un sujeto tan talentoso.
Los caballeros del rey comenzaron a buscar al herrero de espadas a lo largo y ancho, recorriendo todo el reino, hasta que lo encontraron en un pequeño pueblo cerca de las montañas.
Ante la invitación del Rey, el herrero de espadas no pudo evitar aceptar y, saludando a su familia, siguió a los caballeros hasta la corte.
Durante su primer encuentro, el Rey quedó inmediatamente fascinado por la humildad y amabilidad del herrero y decidió corresponderlo con igual cortesía.
Después de una breve charla, el Rey le hizo al herrero de espadas la pregunta que hizo a todos los grandes maestros y expertos de su corte: “Herrero de espadas, dime, ¿cuál es tu secreto? ¿Cómo forjas espadas tan hermosas?”
El espadachín, no intimidado en absoluto, respondió a su rey con reverencia, pero firmeza:“Señor, no hay ningún secreto”.
El rey parecía perplejo, pero dejó que su anfitrión continuara.
“Desde que era un niño, he tenido la oportunidad de ver, primero mi abuelo y luego mi padre, trabajar hierro”.
Como fue capturado por el éxtasis de los recuerdos, el espadachín continuó su relato.
“Pronto me enamoré de este arte que forjó elementos tan poderosos de la naturaleza: hierro, fuego y agua.
Ver esas espadas tan elegantes naciendo de hierro crudo no sólo cautivó mi mente, sino que también capturó mi corazón.
Fue cuando, de niño, decidí que iba a ser el mejor espadachín del mundo”.
El Rey y toda la corte continuaron escuchando en silencio al humilde artesano.
“Al crecer, todos leí los libros que se escribieron sobre el arte de hacer espadas y aprendí todas las técnicas sobre el procesamiento de hierro.
No sólo eso.
Si un libro no contenía la palabra “espada”, si una discusión no era sobre la herrería, y en general, si una actividad no tenía nada que ver con las espadas, simplemente no perdía mi tiempo con ella.
Creo que ese es el secreto de la excelencia de mi Majestad.
¿Por qué esta historia de la parábola del espadachín?
Esta historia es para explicarte que no hay muchas maneras de llegar a ser bueno, no hay atajos ni varitas mágicas sino que debe ser una pequeña obsesión, una constante, debe ser un estilo de vida.
El desarrollo de habilidades y habilidades es un proceso, no es algo que sucede por accidente.
¡La dedicación es fundamental!
¡Recuerda la parábola del espadachín sólo si realmente quieres llegar a ser más y más cada día!
¡Estén atentos!
Street Fight Mentality
Andrea